Cuando el equipo de trabajo
(entrenador, segundo entrenador, ayudantes, entrenador de porteros, preparador
físico, recuperadores, scouting, … …), se reúne para diseñar un entrenamiento,
o así entiendo yo que se debería trabajar en el fútbol moderno y profesional, se
deben establecer objetivos claros en la sesión.
Los objetivos que se aplican en cada
sesión estarán también acordes a la planificación y periodización de la
plantilla. Deberán tenerse en cuenta factores que obedecen a los fundamentos,
patrones y sistema de juego con la finalidad de adaptar y dotar al equipo de recursos para la
competición.
Cada sesión deberá diseñarse y
adaptarse a los conceptos del juego nombrados. Se combinará de forma medida y
ordenada los objetivos tácticos solapados con la carga física y cognitiva
acorde al ciclo. Lo que podemos denominar como Entrenamiento Integral.
En dicho modelo podemos aplicar
variantes como el razonamiento o descubrimiento guiado. Aplicando estos
condicionantes dotamos al futbolista de imaginación, creatividad y seguridad para buscar soluciones que se pueden dar en el
juego de forma muy diversa. Estos objetivos los buscaremos y los razonaremos
siempre basándonos en nuestro Sistema de Juego.
El futbolista debe de trabajar en cada
sesión con unos objetivos establecidos de antemano por el entrenador. Objetivos tácticos, físicos y cognitivos
que le enriquezcan y le den seguridad en el juego según el sistema de juego
adoptado.
Dicho de este modo parece sencillo,
pero ahí radica la grandeza del fútbol. Hay diferentes caminos para encontrar
la victoria. La estrategia o estilo que marca cada entrenador para buscar el
camino del éxito nunca es la misma. El entrenador tiene que tener una capacidad
de imaginación importante para poder diseñar las sesiones de entrenamiento. Ser
lo suficientemente convincente y
conquistador para poder implicar a la plantilla con su idea. Tener el
suficiente carácter para poder dominar las situaciones grupales utilizando la
técnica del jabón: apretar sin que llegue a escaparte de las manos. Cada sesión
de entrenamiento debe plantearse como un reto.
El tipo de entrenamiento puede variar
dependiendo del objetivo que busquemos.
Un objetivo que podemos marcar para conseguir alguna mejora o refuerzo en situaciones tácticas (juego de
banda, juego interior, defensa de centros laterales, … …), entrenamientos
integrales en donde el componente físico
tenga una importancia para poder obtener resultados en la competición (potencia
aeróbica, resistencia específica, fuerza competitiva, … …)
o en el factor psicológico
para dotar de desarrollo cognitivo en búsqueda de soluciones, actitudes, … … (transiciones,
concentración, repliegue, contraataque, … …).
Debemos de tener en cuenta que el
entrenador de fútbol, no debe de ser un “entretenedor” para los futbolistas y que
los entrenamientos no deben ser “entretenimientos” para jugar a la pelota sino
que deberá adoptar tareas en donde el futbolista se sienta cómodo en la
competición jugando al FUTBOL.
En el futbol profesional los equipos de
trabajo son fundamentales. Cada componente trabajará en su parcela específica
y será el entrenador el que adopte las decisiones finales coordinando los datos
y variables de las que dispone.
Es extraño, pero todavía quedan algunas mentes
ancladas en el pasado que siguen con su estilo y modelo tradicional de “entrenador
para todo” y ayudantes que solo utilizan cuando hay que colocar conos o
repartir los petos del equipo.
Aprovecho este artículo para dar la
enhorabuena a todos los entrenadores, que partiendo de esta filosofía y con
medios mínimos en cuanto a ayudas, tienen la ilusión y capacidad de intentar
poner a disposición de sus equipos los métodos mas avanzados. ANIMO.
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